Por las mismas razones, uno no juega juegos en un avión. El hecho de que esas personas estén cerca, o incluso que estén sentadas a tu lado, no te hace querer involucrarte con ellos, o jugar o competir con ellos. Pueden estar cerca pero aún son extraños .
O incluso por las mismas razones, uno no se hace amigo de nadie caminando por la misma calle o sentado en el mismo café. Creo que hay algo extraño en eso. Sospecharía y me preguntaría si hay alguna intención oculta en él.
¿Cuándo te acercas a un total desconocido? Cuando quieres algo de él / ella. Para pedir indicaciones, la hora, lo encuentras lindo, lo que sea. Es parte de la psicología de la gran ciudad.
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Jugar en línea con extraños no es tan aterrador, porque uno no sabe realmente dónde están o incluso tiene que ver sus caras: es totalmente anónimo, por lo que puede abandonar el juego en cualquier momento sin ninguna participación personal. Pero el tipo de interacción que propone significa que la persona con la que está jugando o compitiendo está cerca, es real y, por lo tanto, puede pedirle algo más que solo jugar. O incluso perseguirte en casa. Quién sabe.
